viernes, 5 de febrero de 2010

Anatole France

Tras las vacaciones volvemos con los escritores franceses, y mi entrada va dirigida al novelista y premio novel francés Anatole France. A continuación os dejo su biografía y mas abajo unas citas suyas que me han llamado mucho la atención. Espero que os guste.

Seudónimo de Jacques Anatole François Thibault, novelista y premio Nobel francés, considerado frecuentemente como el mejor escritor francés de finales del siglo XIX y principios del XX. France nació el 16 de abril de 1844, en París. Estudió en la escuela Stanislas de París, aunque la mayor parte de su educación fue autodidacta. Desde muy joven fue un lector insaciable. Sus primeros libros publicados fueron Poemas dorados (1873) y la obra teatral en verso El puente de Corinto (1876). No consiguió, sin embargo, un estilo depurado hasta su primera novela, El crimen de Silvestre Bonnard (1881), en la cual hacía gala de habilidad estilística, de sutil y mordaz ironía y de genuina compasión, características todas ellas que formaron parte de su posterior producción. France produjo muchas novelas, obras de teatro, poemas, ensayos de crítica y filosofía e investigaciones históricas. Fue nombrado miembro de la Academia Francesa en 1896 y recibió el Premio Nobel de Literatura en 1921. En 1883 se unió a Madame Arman de Caillavet, la cual le inspiró gran cantidad de trabajos y promocionó sus escritos ayudándose de sus amplias relaciones sociales. Entre las obras de esta etapa intermedia cabe destacar los ensayos críticos La vida literaria (1888), las novelas Thais, cortesana de Alejandría (1890) y El Lirio rojo (1894) y la tetralogía de novelas Historia contemporánea (1897-1901), un ácido análisis de los corrosivos efectos del caso Dreyfus en la sociedad francesa. Anatole France se encontraba entre los intelectuales franceses que exigieron, con éxito, la exculpación de Alfred Dreyfus, un capitán del ejército francés acusado de traición. En sus últimos trabajos se convirtió en defensor de causas humanitarias, mediante elocuentes defensas de los derechos civiles, de la educación popular y de los derechos de los trabajadores, a la vez que atacó con amargas y brillantes sátiras los abusos políticos, económicos y sociales de su época. A pesar de sus polémicas, las elegantes y profundas cadencias, así como su maestría en el uso del lenguaje evidencian la devoción de France hacia las formas clásicas. Entre las obras que demuestran su arraigada conciencia social y su elocuencia clásica destacan las novelas alegóricas La isla de los pingüinos (1880) y La revolución de los ángeles (1914), y un relato sobre el reinado del Terror durante la Revolución Francesa, Los dioses tienen sed (1912). Anatole France murió en Tours el 13 de octubre de 1924.

«No es habitual amar lo que uno tiene».
«El futuro es un lugar cómodo para colocar los sueños».